TRAS EL GOLPE EN HONDURAS: EL IMPERIALISMO YANQUI DETRÁS DEL GOLPE MILITAR

Para nadie es un secreto que el imperialismo yanqui, cada vez que advierte que algún gobernante no sigue al pie de la letra las “recomendaciones” de los entes financieros internacionales (FMI, BM, BID, etc) o de los agentes de la CIA que fungen de funcionarios de las embajadas norteamericanas, entonces empiezan a planificar una serie de acciones en complicidad con los grupos de poder económico locales para preparar las condiciones necesarias que puedan facilitar un golpe de estado y sentar en el gobierno a algún títere. Claro está, que a veces no les resulta muy fácil y hasta llegan a fracasar en el intento. Los ejemplos son muchos en el mundo entero y en nuestra América lo vivimos con mayor frecuencia.

En los últimos años los que nos pueden dar una muestra, de cómo el imperialismo yanqui mueve sus tentáculos, son los países de Venezuela, Ecuador, Bolivia que con mayor claridad han mostrado una ruptura con la manipulación y el tutelaje del Departamento de Estado yanqui que, al final de cuentas, es el verdadero poder al cual incluso se sujeta el propio presidente de los EE. UU.

Entonces lo de Honduras no es un caso aislado. Pese a las manifestaciones verbales de Barack Obama de “no reconocer a otro que no sea Zelaya como presidente de Honduras”, sin embargo en la práctica está haciendo todo lo posible a través de sus alfiles, como Oscar Arias, de prolongar la supuesta solución “pacífica” con la finalidad de lograr desarticular la resistencia del pueblo y “por cansancio” lograr que Micheletti pueda asentarse en el gobierno. No es casualidad que, ante la decisión de Manuel Zelaya de ingresar a su país por la frontera con Nicaragua, tanto Arias como Hillary Clinton hayan coincidido en manifestar que “ese no era el camino” y que era “imprudente” tal decisión. En otras palabras significa desconocer la investidura legítima de Zelaya como Presidente de Honduras y darle el reconocimiento a Micheletti. ¿Dónde quedó lo manifestado por Obama?, simplemente para desviar la atención y generar alguna ilusión en algunos políticos despistados.

La respuesta del pueblo, en un comienzo espontánea, se ha ido convirtiendo en un movimiento que poco a poco va desarrollando su conciencia política y descubriendo quiénes a nivel internacional son los que verdaderamente están solidarizándose de manera activa con ellos y con sus exigencias de respeto al presidente que ellos eligieron.

Sea cual sea el desenlace final, consideramos que este episodio de la historia de Honduras marcará un punto de quiebre, en la lucha política, entre antes y después del golpe de estado perpetrado en contra del gobierno legítimo de Manuel Zelaya.

De hecho, nuestra solidaridad con Manuel Zelaya y, principalmente, con el pueblo Hondureño que ha mostrado una gran capacidad de movilización y resistencia frente a un gobierno de facto que, para sostenerse en el poder, no ha dudado en declarar 48 horas consecutivas de toque de queda en los departamentos cercanos a la frontera con Nicaragua.. Esperamos que este episodio culmine con el triunfo del pueblo y que abra el camino para futuras victorias.

Sute Huaycán