En los últimos meses
la cúpula partidaria que dirige el CEN SUTEP (Patria Roja) viene promoviendo
desde arriba UNA NUEVA LEY DEL PROFESOR como alternativa para "reunificar
al magisterio" en torno a un solo régimen laboral.
En principio, el éxito
de una iniciativa legislativa sólo es posible a)Si se tiene una bancada en el
Congreso o una influencia decisiva en el Ejecutivo que haga posible esta
propuesta y la convierta en ley; o b)Una poderosa presión social en este caso
proveniente del magisterio capaz de quebrar el codo a los partidos con mayoría
en el Congreso sometiéndolo a sentarse alrededor de una mesa de negociación que
haga posible esta iniciativa legal.
Al grano. ¿Tiene el
magisterio influencia en el Congreso o el propio Ejecutivo? ¿Es capaz el SUTEP
(Patria Roja) de articular ahora un poderoso movimiento social capaz de llevar
a la agenda legislativa su propuesta de nueva ley del profesor?
La política real no
admite ilusiones. Ocupan el actual Congreso bancadas partidarias estrechamente
vinculadas al gran capital. Tanto Fuerza 2011, el APRA, PPC, Solidaridad
Nacional, Perú Posible y el propio Partido Nacionalista han resuelto conservar
inalterable el modelo constitucional de 1993 y consolidar una economía de
crecimiento bajo la batuta de las empresas transnacionales. Todo aquel que se
oponga a esta pauta acabará como el congresista Rimarachin.
El SUTEP es hoy solo
una sigla. Desde inicios de los 90 el sindicato magisterial ha perdido su
capacidad de presión sobre los distintos gobiernos, tanto que la ultima huelga
del 2007 provino del interior del país encabezado por el CONARE SUTEP. En los
2000 hacia adelante no ha logrado poner freno a la escalada antimagisterial y
antisindical promovida por el régimen de García, sin duda, el gobernante que
mas humilló a los maestros al congelar las remuneraciones del magisterio en
todo el quinquenio y expedir leyes antilaborales con apoyo de CEN SUTEP (Patria
Roja) como la Ley 29062 -CPM, la Ley 28988 (antisindical y pro amarillaje); la
Ley 29510 (Liberalización del trabajo docente) y su fracasada municipalización
educativa.
¿Donde estuvo el CEN
SUTEP (Patria Roja) mientras el régimen aprista vapuleaba sin freno las
remuneraciones del magisterio peruano? ¿Que acción de lucha desarrolló contra
ese vendaval de leyes antisindicales y antilaborales? Ya lo decía Antonio
Gramsci, La política es un campo de lucha que mide las fuerzas entre las partes
contendientes por la hegemonía política, social y cultural. Si no se tiene
fuerzas para combatir al rival simplemente queda regalar el escenario a favor
del contrincante. Y, hace mas de una década que el CEN SUTEP (Patria Roja) ha
resuelto convenir con sucesivos gobiernos negociando su hegemonía sobre la
Derrama Magisterial mientras se renunciaba a luchar por los intereses concretos
del magisterio peruano.
Hoy no cabe duda que
el CEN SUTEP (Patria Roja) es un cogollo partidario que privilegia el control
partidario sobre la Derrama Magisterial (Heli Ocaña, por ejemplo) a costa de
demoler principios básicos de toda organización política democrática como son
las elecciones universales de sus dirigentes nacionales. Penoso, pero cierto,
en pleno siglo XXI el SUTEP se rigen aun con un estatuto de la edad de piedra
que recorta el derecho de los maestros de base a elegir mediante el voto
secreto y universal a sus legítimos representantes. Así se conduce el sindicato
bajo la batuta de un partido llamado de izquierda autoritario y mediocre.
En estas condiciones
una nueva ley docente nace sin bases de legitimidad y sin presión alguna que,
en todo caso tendría que provenir del magisterio. Pero nada de eso hay
concretamente. Resulta, sin duda, una propuesta legislativa de arriba para
contradecir a miles de maestros de abajo que a brazo partido demandan el
descongelamiento de los ascensos de nivel, el aumento de sus remuneraciones, el
pago de sus bonificaciones y asignaciones económicas previstas en la Ley 24029,
Ley de Profesorado.
A nuestro entender
esta propuesta tiene otra finalidad. Esto es dividir y acentuar la confusión en
el magisterio peruano. Sin duda, una nefasta intención política ajena y
contraria al magisterio peruano.
JUAN CONTRERAS T.
CIPAL
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